Control de Actividades: Seguridad, Cumplimiento y Confianza con DEKRA
En los últimos años, el marco normativo en torno a la actividad económica y empresarial se ha vuelto más exigente. Desde nuevas regulaciones ambientales hasta actualizaciones en seguridad industrial o requisitos municipales, el cumplimiento normativo ya no es opcional: es una condición para operar.
En este contexto, el
control técnico de actividades
cobra una importancia central. Lejos de ser un trámite más, se ha convertido en un mecanismo que permite garantizar que lo que hacemos —sea una actividad industrial, ganadera, un evento o una instalación urbana— se ajusta a los estándares legales y de seguridad que exige la sociedad actual.
¿Qué entendemos por control de actividades?
Hablamos de un proceso técnico que incluye inspecciones, verificaciones y revisiones para comprobar que una actividad cumple con la legislación vigente en aspectos como:
- Seguridad de instalaciones y personas
- Impacto ambiental
- Condiciones de salubridad y funcionamiento técnico
Este control puede ser necesario antes de iniciar una actividad (control inicial), o de forma periódica durante su funcionamiento. Más allá de cumplir, también es una forma de anticiparse a problemas y generar confianza en el entorno.
En
DEKRA
, llevamos más de 40 años colaborando con administraciones, empresas y técnicos para que este proceso se haga bien desde el principio. Como Entidad de Control acreditada en prevención y control ambiental de actividades (002-EC-PCAA), participamos en todas las fases: desde la verificación inicial hasta los controles técnicos periódicos.
Un entorno legal en evolución
El
Nuevo Reglamento de Seguridad Contra Incendios en Establecimientos Industriales
, aprobado recientemente, es un ejemplo claro de cómo la normativa se adapta a nuevas realidades. El reglamento actualiza una norma que llevaba dos décadas sin modificarse e introduce cambios significativos en prevención y protección.
A esto se suma el anteproyecto de la Ley de Protección y Resiliencia de Entidades Críticas, que introduce nuevas obligaciones de seguridad y resiliencia para infraestructuras clave.
Estos cambios muestran una tendencia clara: mayor control técnico, más responsabilidad y necesidad de revisión especializada.
¿Dónde se aplica el control de actividades?
La variedad de casos donde se requiere este tipo de control es amplia. Algunos ejemplos habituales incluyen:
- Actividades industriales o comerciales que necesitan licencias ambientales o permisos municipales.
- Instalaciones de gestión de residuos o granjas, donde se exige una vigilancia periódica.
- Eventos públicos y espectáculos, en los que la seguridad técnica de estructuras, instalaciones eléctricas o aforos debe estar verificada.
- Locales en entornos urbanos, que deben adaptarse a ordenanzas municipales como la OMAIIAA (Ordenanza de Medios de Intervención en Actividades e Instalaciones en el Ámbito Ambiental).
En todos ellos, el control técnico ayuda a garantizar que lo que se desarrolla no genera un riesgo para el entorno ni para las personas.
Un proceso que va más allá de la inspección
Uno de los aspectos que más valoran las organizaciones con las que trabajamos es que no nos limitamos a revisar y señalar errores. Nuestro enfoque parte de la idea de acompañar desde el inicio, ayudando a que la actividad esté bien planteada, ejecutada y mantenida en el tiempo.
Esto incluye:
- Revisión de documentación técnica
- Inspecciones visuales y comprobaciones in situ
- Mediciones, ensayos o verificaciones específicas
- Informes técnicos claros y accionables
- Recomendaciones para subsanar, cuando es necesario
Además, entendemos bien los plazos, la urgencia de ciertas situaciones y la necesidad de adaptarnos al terreno. La inspección es técnica, pero también tiene una dimensión humana.
Seguridad con criterio técnico
El control técnico de actividades se ha convertido en un componente imprescindible en cualquier actividad que quiera operar con garantías.
Desde DEKRA, contribuimos a que esto se haga con criterios claros, en diálogo con los actores implicados y sin añadir más complejidad de la necesaria. Nuestro objetivo es sencillo: ayudar a que las cosas se hagan bien desde el principio.